La colonia México Nuevo fue fundada hace 50 años, en unos terrenos que fueron vendidos a los párrocos de la Diócesis de Azcapotzalco a bajo precio; religiosos que se encargaron de difundir y propagar su construcción y fundaron una cooperativa de compra común, que operaba por medio de un plano que tenían de la colonia, y administraba la compraventa de los terrenos. Posteriormente, proporcionaba los servicios básicos de agua, diseño de los planos del terreno, contratos de la luz, y otros.
La escuela surgió en el año de 1968, por iniciativa del C. Ciro Hernández M., cura de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada en la colonia México Nuevo y la clave 15DTV0129B, fué otorgada el año de 1969. Al enterarse de la nueva modalidad emitida por la Secretaría de Educación Pública (SEP), a través de una convocatoria; el religioso reunió en tiempo y forma los documentos necesarios para su aprobación. Aunque no se contaban con espacio suficiente para establecer por lo menos un aula de manera provisional, y se dedicó con entereza a contactar diversas instancias que le pudieran apoyar.
Un colegio privado prestó un aula que tenía desocupada; apoyo que el párroco aceptó de inmediato. Debido a que el número de alumnos requeridos para dar inicio no se alcanzaba, se dedicó a visitar las parroquias circunvecinas y le pidió a los otros párrocos que invitaran a todos aquellos que no alcanzaron inscripción, o que fueron reprobados o expulsados de las escuelas de la zona. La convocatoria funcionó, y en breve hubo una matrícula de 15 alumnos. Así fue como, inició el trabajo docente.
La situación se tornaba complicada ya que los alumnos estaban en la colonia México Nuevo y el aula donde recibían clases estaba en el Pedregal, así que, se planeó más temprano la hora de entrada, y se pidió la aprobación de los padres de familia, para que sus hijos hicieran ese recorrido diariamente, de la colonia México Nuevo, al colegio particular.
Recordamos con asombro ese traslado diario del párroco Ciro Hernández con sus alumnos, desde el cerro hasta el valle que divide las comarcas de Atizapán. Así, se trabajó durante el primer ciclo escolar 1968-1969, sin embargo, el párroco ya había pensado como solucionar el problema, y para el siguiente ciclo 1969-1970, acordó con la mesa directiva de la cooperativa en compra común “México Nuevo”; un organismo particular que administraba la venta de los terrenos de la colonia en mención.
Fue así como, logró que el colegio particular administrado por religiosas facilitara dos espacios que no utilizaban, con aprobación de la junta administrativa de la colonia, para que laborara el maestro de segundo año.
Fue necesario, solicitar la ayuda de una religiosa como maestra, en tanto aprobaba la Secretaría de Educación Pública a otros profesores. Así, con muchas carencias de personal e infraestructura, concluía el ciclo escolar 1970-1971, y el padre Ciro Hernández ya planeaba cómo mejorar el servicio (cabe mencionar que, los alumnos trasportaban diariamente una televisión que se les prestaba, y al concluir las clases, la entregaban).
Posteriormente, se construyó el monumento a la bandera y se colocaron los 45 vidrios faltantes en los salones de la parte baja, con apoyo de un club privado. Después, se visitó al club llamado “Activo 20-20 Naucalpan”, agrupación que también nos apoyó con material para transformar la plaza cívica en una cancha de volibol, y construir una fuente en la parte trasera de la escuela. Posteriormente se pavimentaron los pasillos de acceso al segundo y tercer nivel del edificio escolar, con recursos de los padres de familia y el ayuntamiento; de tal forma que se concluyeron los dos accesos y se terminó en su totalidad esta parte de la escuela.
Después, se planeó un proyecto muy ambicioso: la pavimentación de la calle con banquetas y guarniciones, obra que se llevó a cabo con apoyo del municipio y mano de obra de los padres de familia.
Después, se sustituyó la lámina de asbesto por loza en dos salones, los cuales actualmente sirven de bodega, después de haber funcionado como oficinas de la supervisión escolar, autoridad que antes de retirarse, dejó el espacio en excelentes condiciones, con piso y un baño anexo.
A través de gestiones con el municipio, se logró la donación e instalación de lámparas de luz mercurial del tipo de alumbrado público, y con ello, la escuela tiene actualmente una cobertura de energía eléctrica del 80%. Posteriormente, se cambiaron las oficinas administrativas a la parte de la entrada de la institución, pues operaban en un área muy reducida al fondo de la misma. A partir de esa fecha, se ha ido adaptando la dirección para que funcione como tal, y ofrezca un servicio digno a la comunidad estudiantil. Se ampliaron los espacios de la dirección, y se abrieron puertas y ventanas con el fin de captar más luz natural y nuevos accesos, se acondicionó y se construyó desde los cimientos la oficina administrativa, acondicionando un espacio como sala para atender a los padres de familia.
Aprovechando el espacio y materiales, se construyó también la cooperativa escolar y un desayunador con mesas de mostrador y cocina techada con lámina; donación que hizo la vidriera, apoyo del municipio y aportaciones de los padres de familia. Junto a este nivel hay una cancha de fútbol rápido con piso de concreto, y media barda terminada con maya ciclónica y gradas a dos niveles.
Actualmente se cuenta con una matricula de 229 estudiantes; 62 estudiantes de primer año distribuidos en 2 grupos, 86 estudiantes de segundo año divididos en tres grupos y 81 estudiantes de tercer grado distribuidos en 3 grupos.